¿que harán con esta oportunidad?
Quienes saben cómo pienso recordarán que me he referido al conflicto palestino como un diálogo entre sordos, donde ninguna de las partes quería o podía dar los pasos necesarios para alcanzar la paz.
Bueno, pues esta noche ha muerto uno de los protagonistas principales de este proceso, Yasser Arafat.
Arafat no era un angelito, desde luego, pero en los últimos años, al menos de forma aparente, trató de controlar (sin conseguirlo) a las facciones palestinas que se empeñaban en echar al retrete los logros que iba alcanzando en sus negociaciones con Israel.
Sin Arafat, pueden pasar dos cosas en el lado palestino: que su sucesor (o sus sucesores) quieran controlar a los terroristas o no. Si quieren, a su vez, puede pasar que puedan o no (Arafat no lo consiguió, si quería, y ello siendo el más carismático de los palestinos... el único presidente posible mientras vivió). Con un solo no a estas dos disyuntivas, todo vuelve a irse al garete.
Pero, además, será necesario que desde Israel se abran las puertas a la paz, puertas que ahora mismo están tapiadas, siendo coherentes con su discurso de los últimos años ("con este hombre no hay quien hable"). Paralizar inmediatamente la construcción del muro de la vergüenza sería un gesto significativo, al que deberían seguir otros.
El conflicto sólo terminará si algún día consigue establecerse una relación (que nunca ha habido, realmente) de confianza entre las dos partes, pero si bien es cierto que dos no riñen si uno no quiere, no lo es menos que la confianza es muy difícil de construir y muy fácil de destruir, y hasta ahora todos han estado más empeñados en lo segundo.
Mucha suerte.
Bueno, pues esta noche ha muerto uno de los protagonistas principales de este proceso, Yasser Arafat.
Arafat no era un angelito, desde luego, pero en los últimos años, al menos de forma aparente, trató de controlar (sin conseguirlo) a las facciones palestinas que se empeñaban en echar al retrete los logros que iba alcanzando en sus negociaciones con Israel.
Sin Arafat, pueden pasar dos cosas en el lado palestino: que su sucesor (o sus sucesores) quieran controlar a los terroristas o no. Si quieren, a su vez, puede pasar que puedan o no (Arafat no lo consiguió, si quería, y ello siendo el más carismático de los palestinos... el único presidente posible mientras vivió). Con un solo no a estas dos disyuntivas, todo vuelve a irse al garete.
Pero, además, será necesario que desde Israel se abran las puertas a la paz, puertas que ahora mismo están tapiadas, siendo coherentes con su discurso de los últimos años ("con este hombre no hay quien hable"). Paralizar inmediatamente la construcción del muro de la vergüenza sería un gesto significativo, al que deberían seguir otros.
El conflicto sólo terminará si algún día consigue establecerse una relación (que nunca ha habido, realmente) de confianza entre las dos partes, pero si bien es cierto que dos no riñen si uno no quiere, no lo es menos que la confianza es muy difícil de construir y muy fácil de destruir, y hasta ahora todos han estado más empeñados en lo segundo.
Mucha suerte.
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ya sabes quien -